SABER
Y CREER
- De las cosas ya se sabe.
- De las personas nunca se sabe.
- La fe es personal: creen las personas y se cree en las personas, ¡qué remedio!
- Las cosas están expuestas: a la vista y alcance de la mano, no tienen interior : están dadas, son objetos que se toman o se dejan tal cual: objetivamente.
- Las personas son sujetos con intimidad. No se abren si no quieren, y no se las conoce por encima desde fuera
- Las personas se encuentran si confían mutuamente sin reservas una en otra. La fe es la llave y el amor su perfección.
La fe no es
fe en la fe, que eso es fanatismo: una reacción instintiva para
sujetarse o atenerse. Para estar o sentirse seguros, no para
caminar.
- Ni es fe la fe en unas creencias, que eso es convencional aunque pueda ser conveniente y necesario para creer con otros en este mundo. Para confesar la fe.
- La fe es libre, como el amor: no está bajo la ley.
- Y el amor es la perfección : “Ama y haz lo que quieras” (San Agustín).
- La fe es fe en la vedad y la verdad es personal, nunca una frase.
- La verdad para los que creen en Cristo es Jesucristo en persona.
- Para los discípulos de Jesús la Verdad , el Camino y la Vida es Jesús.
- Eso es lo que confiesan los fieles, pero la Iglesia no es Jesús y una superstición si los fieles no creen en él: un falso testimonio de la Verdad.
- El testimonio más creíble de los discípulos de Jesús es que le sigan hasta la muerte, que se amen los unos a los otros y se desvivan por todo el mundo. En eso -dicen que dijo el Maestro- “conocerán que sois mis discípulos”
- Lo que da qué pensar ya sea para creer o no en la Verdad, la Vida y el Camino.
- La fe no se opone a la ciencia ni se cree para no pensar. Es el camino que se abre para saber lo que la ciencia no sabrá nunca por el camino que lleva.
- Cierro estas peNsadillas con la sentencia insuperable de San Anselmo:
Creo para entender y entiendo para creer
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