miércoles, 14 de febrero de 2018

EDUCACIÓN CRÍTICA Y RESPONSABLE






EDUCAR PARA LA CIUDADANÍA



Todo lo que se vende tiene un precio que depende de la demanda. De ahí que cualquier industria produzca no solo los productos que ofrece sino la necesidad social que los demanda.

  La publicidad se hace siempre atractiva y sin matices, se trata de seducir y decir con letras grandes: ¡no te lo pierdas! Pero a diferencia de los fármacos que se venden siempre con un prospecto en el que se advierte a los enfermos en letra pequeña sobre los efectos no deseados que puedan producirse de no seguir las indicaciones dadas, y del tabaco que se expende por imperativo legal con la advertencia explícita de que fumar mata, la escuela ofrece lo que vende a sus alumnos sin advertir de las consecuencias negativas de una enseñanza administrada y consumida al pie de la letra. Y eso es peor que curarse en salud como hace la industria farmacéutica o la tabacalera. No es educar para la ciudadanía, es programar a los alumnos para que se hagan solo las preguntas que les hace la escuela y las respondan tal como enseña. No es formar para la libertad responsable, ni enseñar a pensar y a vivir como personas. Es domesticar para vivir al dictado... , ni siquiera como cabras si no como ovejas que son más dóciles. O como Vicente que va donde va la gente o donde le lleva el pastor; es decir, el ganadero. No es educar para la democracia.






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