Entendida la política como técnica para saber hacer lo que hay que hacer a fin de permanecer en el poder, puede ser hoy políticamente correcto hacer una ley que penalice el aborto para ganar las elecciones. No es lo que pienso, pero puedo equivocarme y de todos modos el gobierno sabrá lo que hace. Así que no entraré a discutir sobre el aborto con políticos profesionales, siendo como soy un lego en la materia y además de izquierdas.
Ni siquiera como teólogo me apetece discutir en estas fechas sobre el aborto con los eclesiásticos de oficio, con los clérigos, que todavía mandan demasiado en este país y sirven menos que el Papa no digo ya a los pobres de este mundo sino a la misma Iglesia.
A primeros de año, cuando todo comienza o eso parece, lo que me pide el cuerpo es desear a todos una vida nueva.