Vallas
contra la Navidad:
Aunque
es adviento, os hablo ya de la Navidad,
como lo hace la liturgia, que presiente la fiesta y la anuncia a los
fieles: “Estad alegres en el Señor; os lo repito: estad alegres. El Señor está cerca”.
Hoy, para que la Navidad no se nos cuele en el reino, la disuadimos con vallas recrecidas, alambradas de cuchillas, cables con sensores conectados a una central de seguimiento, garitas de vigilancia, cámaras de televisión. Esa muralla, que se pretende infranqueable, no se levanta contra la corrupción, no contra la violencia, no contra la injusticia, no contra la explotación, no contra la marginación; se levanta contra hombres, mujeres y niños hambrientos de futuro y de pan; esa muralla se levanta contra la esperanza, contra la Navidas.