En el calendario de este país cantan las fiestas de Pascuas a Ramos y sobre todo estas de Semana Santa; en las áreas urbanas se realzan templos y catedrales, y se registran en los mapas los santuarios que ordenan y transforman en paisaje los parajes. El tiempo y el espacio, las dos coordenadas del mundo en que vivimos, están señaladas con citas e hitos religiosos que nos emplazan. Desde mi despacho, donde esto escribo, veo las torres del Pilar desde donde me llega a su hora el Bendita y alabada... como la lluvia sobre los tejados sin que pueda evitarlo.