¡VIVA EL AMOR LIBRE!
Una cosa es amar y otra hacer el amor: lo primero no se paga, lo segundo tiene un precio.
El amor es pura gracia, inestimable, inmerecida,
imprevisible: un milagro, un principio acaso y nunca pura
consecuencia. El amor es espontáneo, libre. Hacer el amor es en el
mejor de los casos una técnica que se aprende, a veces un servicio
que se vende y en el peor de los casos una violación que ofende.
Amar a las personas no es una ley humana propiamente dicha, es
mejor un mandamiento; es la gracia y la guinda, el colmo y el
exceso de la justicia: si ésta es el pan de cada día, qué menos,
el amor es el vino que desborda el vaso. Por eso se puede amar
incluso a los enemigos. ¡Viva el amor libre!
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