SOMOS PERSONAS
Tengo una sobrina nieta
que apenas sabe hablar, y a la que le preguntaron quién era y
respondió diciendo: Soy una "pesona". Al escuchar lo que decía
me quedé de pronto con los ojos abiertos y la boca cerrada, en
silencio, pensando -sin discurrir- que era en efecto una
persona.
Como tú y como yo cuando nos hablamos en relación
presente, sin intermediarios; no como él o ella que son como si no
fueran, que están ausentes y vienen a ser así como objetos sobre
los que hablamos como hechos propiamente del pasado que fueron o
pueden ser todavía en el futuro, y nunca de lo que son: personas como tú y como yo , no algo sino alguien que es y existe en
relación contigo. Aquí y ahora, donde nosotros existimos. Iguales en dignidad y en derechos, por encima de las
diferencias de género y por debajo del amor que es el colmo y la
excelencia: la plenitud de la ley y hasta su exceso, la gracia y la sal de
la vida, el sabor y el sentido de la existencia.Las personas en acto, en
ejercicio, en relación presente somos iguales. Tú y yo. Y solo
así siendo iguales nos encontramos como personas salvando todas las
diferencias.
Después de escribir lo que acabo de decir, me entero
de que en Lucerna una empresa se ha negado a pagar a sus
trabajadoras los atrasos convenidos para los trabajadores del
gremio. Como si las mujeres no fueran personas y no tuvieran los
mismos derechos. Y como si fueran ellos -los de la empresa- unos
brutos, pues como tales se han comportado esos machos. ¡Es una
barbaridad! Menos mal que tenemos ya un gobierno de personas en este
país. Y entre los ministros una mujer que es ministra de Igualdad.
En hora buena.
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