miércoles, 6 de junio de 2018

TÚ y YO


SOMOS PERSONAS

Tengo una sobrina nieta que apenas sabe hablar, y a la que le preguntaron quién era y respondió diciendo: Soy una "pesona". Al escuchar lo que decía me quedé de pronto con los ojos abiertos y la boca cerrada, en silencio, pensando -sin discurrir- que era en efecto una persona.

Como tú y como yo cuando nos hablamos  en relación presente, sin intermediarios; no como él o ella que son como si no fueran, que están ausentes y vienen a ser así como objetos sobre los que hablamos como hechos propiamente del pasado que fueron o pueden ser todavía en el futuro, y nunca de lo que son: personas como tú y como yo , no algo sino alguien que es y existe en relación contigo. Aquí y ahora, donde nosotros existimos. Iguales en dignidad y en derechos, por encima de las diferencias de género y por debajo del amor que es el colmo y la excelencia: la plenitud de la ley y  hasta su exceso, la gracia y la sal de la vida, el sabor y el sentido de la existencia.Las personas en acto, en ejercicio, en relación presente  somos iguales. Tú y yo. Y solo así siendo iguales nos encontramos como personas salvando todas las diferencias.

 Después de escribir lo que acabo de decir, me entero de que en Lucerna una empresa se ha negado a pagar a sus trabajadoras los atrasos convenidos para los trabajadores del gremio. Como si las mujeres no fueran personas y no tuvieran los mismos derechos. Y como si fueran ellos -los de la empresa- unos brutos, pues como tales se han comportado esos machos. ¡Es una barbaridad! Menos mal que tenemos ya un gobierno de personas en este país. Y entre los ministros una mujer que es ministra de Igualdad. En hora buena.

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