miércoles, 9 de mayo de 2018

INAPRECIABLE


VERSO SUELTO


Hacer el amor tiene un precio. Si se paga el precio justo a quien se vende no es una violación, ni siquiera un abuso de quien lo hace aunque sea un mal uso por ambas partes. En cambio hacer el amor sin pagar por ello, porque se puede, con una mujer indefensa que no está en oferta no solo es injusto y algo más que un abuso: es una violación. Espero que se castigue a esos machos embrutecidos de la manada.



En los pueblos se ven todavía los picaportes en forma de falo. El que quiera entrar en una casa ha de llamar antes y esperar que le abran. Es lo que tiene que hacer siempre un hombre con una mujer: no entrar sin pedir permiso. Hacerlo por la fuerza, es una violación. Incluso el esposo que tiene llave no debería usarla o hacer valer el “débito conyugal” contra la voluntad de su esposa. En esa relación lo que manda es el amor. No la ley o el derecho, que está por debajo. Al amor se corresponde libremente. El amor no se paga, pero es lo que más vale. Hace falta ser muy bruto para no saberlo.




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