miércoles, 29 de mayo de 2019

Un abrazo, compañeros





¡Menudo cirio!

        El cuerpo -tu cuerpo- no es uno más en el espacio que está aquí entre los otros cuerpos, aunque también. Ni como el alma que a veces no está para nadie donde tiene el cuerpo y anda por ahí Dios sabe donde pero no el hermano. El alma como el espíritu y las ideas, el pensamiento y la conciencia no son como las cosas extensas en el espacio, ni es por eso más grande la cabeza que más piensa o el corazón que más quiere. Pero son, ¿o no? Todos lo sabemos y nadie en sus cabales se atrevería a negarlo. Y sin embargo, el espíritu sin el cuerpo que está aquí sería como el fuego y la luz sin la cera que arde: nada. Así es la vida y así las personas, como el cirio que arde. No dos cosas que se suman y son más que una; sino una realidad que es aquí y a la vez el ser que la trasciende. O de otra manera: el cuerpo es el símbolo del alma. No como una bandera que nos recuerda a la patria y es poco más que un pañuelo. Sino el símbolo en el que el alma se realiza: su presencia en carne mortal, y sin el cuerpo nada. Por eso y en eso existimos y nos encontramos como personas: y no solo estamos aquí como dos tarugos. ¿Te enteras? Pues eso, un abrazo compañeros.



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