NADA PERSONAL
Vamos
sobre ruedas y cada vez más deprisa, despegados de la tierra,
volando como quien dice, ese es el tema. Pero el problema es que no
sabemos a donde. Al no estar aquí con los pies en el suelo andamos
por ahí perdidos sin encontrarnos con nadie, ni tan siquiera con
nosotros mismos. Sin parar ni reparar en nada y en nadie, en vez de
vivir a tope - que eso sería desvivirse con otros y por otros: vivir
y convivir aquí- estamos en contacto con todo el mundo y ausentes
en casa para los vecinos. No existimos aquí, que es el lugar de
la responsabilidad, donde tenemos el cuerpo al alcance de un abrazo
con los otros. Pero no estamos aquí realmente, virtuosamente. Sino
acaso virtualmente y así conectados por demás con todo el mundo:
en la red, enredados y enredando. Abarcando mucho y abrazando poco.
Hemos pasado de una forma de vida artesana, sin intermediarios, cara
a cara, a una vida artificial producida en cantidades industriales en
serie: Impersonal. Del yo vivo , al se vive: se lleva, se dice, y se
vive de la gente. Apenas nos queda solo morir, pues cada uno muere
solo. Pero eso más que hacer, es lo que nos pasa. Lo que ha de
pasar, y no la vida que podríamos y deberíamos hacer
personalmente.
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