miércoles, 28 de noviembre de 2018

EXHUMACIÓN DE FRANCCO



La inhumación  posible

El que fue no es un problema. Lo es acaso lo que queda de él: su reliquia, y más aún sus devotos. Eso es lo que pienso pensando en Franco. Me temo que la familia - los parientes que le quedan vivos- compartan su devoción con otros fieles. Pero no tantos como para convertirse el culto a Franco, el Caudillo que fue, en un serio problema que sea hoy para el Estado prácticamente insoluble. La inhumación de sus restos ha pasado a ser en la situación actual un asunto privado. Mientras que la exhumación de su cadaver, siendo como es todavía un problema de orden público, no pasa de ser un problema menor para el Gobierno de una democracia establecida. Le bastaría con devolver a la familia lo que es suyo, y hacer invisible para la sociedad lo que sería un escándalo de cuerpo presente en espacios públicos. Ni el Estado ni la Iglesia pueden permitirse un culto a Franco. Para el Estado sería una traición manifiesta y , una profanación intolerable de lo sagrado, si lo permitiera la Iglesia en un templo. Solo con los suyos,en casa, estaría en su sitio sin molestar a nadie.


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