EL CAMINO
Las plantas salen de la tierra: nacen y
crecen, pero se quedan donde han nacido.
Los humanos no tenemos raíces, tenemos
pies.
El hombre que no se abre se enrolla, larga mucho y se pliega como un ovillo
que se encierra consigo mismo.
Esa manera de largar no es largarse, ni
abrirse: solo es enrollarse.
Salir , lo que se dice salir, es salir
de la propia piel: y dejarse la piel atrás como la serpiente. O los pelos en la gatera.
Salir de casa no es salir con la casa
encima, como los caracoles.
Ni dar una vuelta como los turistas.
Que eso es una salida “virtual” con la cámara encima, para sacar
fotos.
Los caracoles sacan solo los cuernos, y
los turistas disparan las fotos.
Aquellos dejan la baba. Estos la pasta.
El camino no es lugar para quedarse,
compañero.
Una casa sin puerta es una tumba, un
camino sin casa es un absurdo.
En el camino está el peligro, y en el
peligro la salvación.
La casa del hombre es Dios donde lo
haya.
Y si lo hay es nuestro Padre, el Padre
de todos los hombres.
Creer es esperar y esperar es caminar
contra toda esperanza, a tumba abierta o a fondo perdido.
Con un pie en tierra y otro en el aire.
Es una apuesta por la fraternidad
universal.
Nadie es alguien si no lo es con los
otros y para los otros.
El camino es largo: la libertad el
principio, la igualdad en medio que es lo justo, y la fraternidad al
al fin después de todo: la perfección.
¿Creemos en la fraternidad
universal?
Supongo al vivir un principio de mi
existencia que no comprendo y presumo un destino que desconozco.
Es como si sintiera un
principio y un fin que me rebasan y me pregunto si son lo mismo.
Sea lo que fuere si lo fuera, le
llamaré MISTERIO que me abarca, que me comprende: ¿que me abraza?
Sea lo que fuere si lo fuera, supongo
y presumo que el MISTERIO no sería para sí a su vez una pregunta
abierta que presume ni una respuesta presuntamente cerrada. Sino
pura presencia de sí consigo, sin principio ni fin.
¿Por qué entonces le llamo misterio?
Misterio significo “encerrado”
Si le llamo Misterio es porque yo soy
“profano”, que se dice en relación a lo “sagrado” o
“separado”, que es el “fanum” de suyo abierto y para mi en
cambio alejado.
Como el camino y la casa: si el misterio es la
casa, yo solo soy el camino abierto como pregunta hasta llegar a casa
si hay para mi respuesta.
El misterio es un abismo que trasciende
mi intimidad, eso supongo, y más allá de mi mismo – de la
ex-sistencia que no insiste en sí misma- el sentido que trasciende
mi finitud y el colmo de la pregunta que soy o voy siendo paso a
paso: el exceso.
Sin el abismo que supongo,el camino
hacia dentro terminaría en un agujero: en “un cul de sac”, sin
salida. Mientras que la salida hacia fuera, la apertura del camino
llegaría al cabo de la calle: a la plaza, sin el destino que
presumo y sin respuesta ,qué le vamos a hacer.
Ensimismarse sin decir ni mú o abrirse
para quedarse solo con la boca abierta, ya sea caer en un agujero o
llegar al cabo de la calle, es quedarse en la pregunta sin sentido
alguno. O cerrarla sin ton ni son.
Mantenerla abierta con otros, con
todos, y seguir hablando con ellos, entenderse, compartir el pan y la
palabra, la vianda y el camino, es desplazarse hasta llegar a casa.
Mientras tanto en el camino no hay
lugar para quedarse y el otro, que va conmigo un compañero, anticipo
quizás de la morada o de la casa común si la hay para nosotros.
Entretanto nosotros vamos. Que Dios, si
lo hay, es el que viene.
Se dice que Dios ha muerto. Si los hermanos se encuentran, puede que la Humanidad encuentre al Padre que dan por muerto.
La HUMANIDAD se llama NOSOTROS.
No hay comentarios:
Publicar un comentario