LA PALBRA IMPOSIBLE
“Tenemos que
hablar, ¿por qué no te sientas? Así comienza una conversación y
se mantiene hablando una relación humana. Porque los hombres se
entienden hablando, quiero decir las personas humanas, por supuesto.
Pero ya no tenemos tiempo para hablar o apenas, ni con quien hablar y
faltan lugares donde poder hablar tranquilamente, y más aún para
escuchar. Cuando no es el ruido que nos envuelve es la propaganda, la
publicidad o el otro que se enrolla – como uno mismo, claro, ¿por
qué no lo reconocemos? - y nos quita la palabra. ¿Qué puede la
palabra contra el ruido del mercado, los gritos de la propaganda y
de los sordos con tantas ganas de hablar ? No más que Don Quijote
contra los molinos de viento. Eso parece.
No hay comentarios:
Publicar un comentario