REPRESENTACIÓN
El
debate del lunes se puso en escena como un espectáculo.
Lo más
visible fue para el público la ausencia de Rajoy, el responsable,
que no dio la cara. Impresentable, para el caso, la vicepresidenta
del gobierno que no es cándida ni se presentó como candidata. Y lo
más notable los candidatos emergentes para la presidencia, que solo
dieron promesas. Relegado el pasado al juicio final, o a las urnas,
pues ya sabemos demasiado aunque se nos esconda, nos queda depositar
la confianza en los que prometen. En la elección está el peligro y
en el peligro la salvación.
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