lunes, 27 de abril de 2020

EL BICHO



VERSO SUELTO

Abro la ventana y sale una mirada que se pierde en el horizonte sin ser correspondida. La calle está vacía , de todos modos yo no la piso. Recluido en casa entre libros que guardan silencio y ocupado éste por el saxo del vecino, vago sin encontrarme por el piso. Esto no es vivir. Ese bicho que nos mata es una corona de espinas. Un virus sin entrañas. Y lo peor -sin que tenga nada bueno- es que nos entierra en vida o nos encierra, que viene a ser lo mismo. Ya no se trata de guardar las distancias, que eso es respetar. Sino de aislar, de acabar con el afecto para que nada ni nadie te infecte o afecte. Pero el tacto es el sentido de la realidad, y acabar con el tacto es alejarse del mundo de la vida y de la vida en este mundo. O perder el tiempo virtualmente, sin aprovecharlo virtuosamente. Vivir aislado sin esperanza es entrar en un infierno sin salida. Creo y espero que no sea así para nadie.

8-4-2020



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