Verso suelto, para las
fiestas del Pilar
Las fiesta del Pilar
vuelve todos los años como las borrajas a su tiempo y los nabos en
adviento, cumple. Acude a la cita, y la columna es como una fita en
el espacio.Si ésta nos reúne aquí en Zaragoza, aquella nos
concita y convoca para la fiesta el 12 de octubre. La fiesta del
Pilar es el día señalado entre todos los días del año y la
columna como la estaca que destaca el centro del mundo que habitamos.
Nuestro mundo es en cierto modo redondo; es decir, ordenado en el
espacio y en el tiempo.
Para sobrevivir en el
Ebro hay que saber nadar, flotar y sacar la cabeza. En tierra firme
en cambio es posible con tal de respetar y conservar el orden
establecido en su ribera. Lo dicho vale de un mundo tradicional y de
un pueblo asentado en sus tradiciones. No en la tradición muerta y
enlatada, conservada fuera de la historia. Sino en curso, viva y
convivida. Pero no basta para una sociedad abierta que viva y
sobreviva desde la libertad y para un pueblo que esté siempre en
camino. Las fiestas del Pilar no son para nosotros un evento de no te
menees. Ni su plaza un lugar para quedarse. Sino un alto en el
camino donde parar y reparar, para recordar de donde venimos y ,
sobre todo, para saber a donde queremos ir. Una cita que nos emplaza
para desplazarnos de nuevo.
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