jueves, 5 de noviembre de 2015

DESDE MI VENTANA , 56


VALE MÁS UNA IMAGEN

Una imagen repetida mil veces capta más votos que mil palabras articuladas en un discurso coherente.

 
Para competir con la imagen la palabra tiene que perder peso, ganar plasticidad y quedarse en los huesos de un eslogan. Y aún así lleva las de perder. La imagen se extiende en el espacio y la palabra se explica en el tiempo, y en cualquier campaña (sea esta militar, comercial o electoral) lo decisivo es ocupar cuanto antes el campo – o la pantalla- y no perder el tiempo dando explicaciones. Lo primero da el golpe, lo segundo solo da que pensar.


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