miércoles, 20 de mayo de 2015

HABLAR Y PENSAR





No des que hablar, da que pensar.


El que hablando da que hablar habla demasiado.


El que habla demasiado no da la palabra, la quita.



El que habla demasiado es un deslenguado, provoca y no convoca, no escucha y se queda solo: la caga.

 La verborrea es pura diarrea mental, una incontinencia de la lengua.


El deslenguado es incapaz de morderse la lengua....y de estirar las orejas. No escucha.


El que solo da que hablar, habla solo..... a ser posible en presencia de muchos -en público-  pero con nadie.


Es un tema de conversación, no una persona con la que se pueda hablar. La gente habla de él y sobre él pero no con él.


Una cosa es hablar y otra dar trigo. El que da trigo da que pensar aunque no dé mucho que hablar.


El que da trigo y habla poco, cuando habla dice mucho: tiene palabras de vida.


El que da que hablar sin hablar las mata callando, si no da trigo.


El silencio vale lo que pesa, lo que dice y lo que hace uno por lo otros y a los otros.


El pan de vida y la palabra de vida son el pan y la palabra que se comparten entre compañeros.


La palabra viene del silencio y se recoge en silencio. Como la vida misma.


La muerte nos hace hablar y la vida nos hace callar. 


¿Es la muerte la palabra de la vida y el silencio más elocuente?


¿Es la vida el silencio de la muerte y la muerte la palabra más cierta?

Quizás: 


Si la muerte es desvivirse y desvivirse es vivir, todo queda dicho y acallado.

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