CUIDAR
LA PRESENCIA
El
cuerpo es la presencia, percha de todas las modas y vestido de la
mona desnuda y
del mono que lo cubre de tatuajes para realzar su
presencia.
Dejar el ombligo al aire -ojo que no ve- para ser visto,
es poner una diana para los ojos que ven. Una moda vistosa de
desnudarse y un modo guerrero de vestirse. El escote
“palabra-de-honor” es en cambio como un prado en la montaña:
descanso y pasto para los ojos. Si hagamos lo que hagamos siempre
salimos des-nudos, ¿por qué no salimos bien vestidos? Me refiero a
los buenos hábitos y , en especial, al buen gusto. No me gustan
los tatuajes.
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