CARNAVAL
En carnaval deberíamos sacar a la calle nuestra máscara más extra-ordinaria, que no es el personaje que llevamos habitualmente sino la persona.
Pero no para descararnos, dar la cara o hacer frente
a alguien. Ni para exhibirnos en público queriendo ser adorables y
adorados. Sino solo para ser autores y actores de nosotros mismos.
Para sacar el rostro, como las plantas al sol; para que florezca la
risa sobre el cartón piedra y triunfe la vida como un acontecimiento
de libertad.
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